sábado, 7 de diciembre de 2013

ALMA




¿Dónde guardamos el alma?
A veces pienso
que podría estar en los pies
para poder aproximarnos
a un verano o a un precipicio.
Sin embargo,
otras veces creo que está en mis manos.
Repartida por mis dedos
que aporrean las teclas de un piano,
o acarician el teclado de una computadora,
o un pubis,
o el timbre de una puerta.
El alma también podría estar,
porque no,
a nuestra espalda.
Caminando nuestros regresos y regando las macetas
de las plantas que murieron ayer.


No sé dónde guardamos el alma.
Supongo que cada uno
la pondrá en un sitio.
La mía creo que está
golpeando los cristales
de una de las ventanas

de la que fue tu casa.

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