sábado, 23 de marzo de 2013

FIN DEL MUNDO





He vivido cuatro fines del mundo.
El que más noté de todos
fue uno que me dolió un poco la cabeza.
Las cuatro mañanas
de los cuatro días señalados,
tengo que confesar
que me levanté
un poco acongojado.
Pero a medida que pasaban las horas
el día venía siendo
lo que viene a ser
un día como otro.
Hoy ya no creó en los finales.
Ahora no me preocupa
que alguien diga
que el mundo acabará mañana.
Al ver que no llegan
ni meteoritos, ni seísmos,
me preocupa más
no hacer nada
y que este mundo
siga siendo el mismo.


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