Con toda seguridad
se apagarán las
farolas de la noche
y vendrá por
estrenar la madrugada.
Con toda seguridad
quedarán mis sueños
tiritando
en una acera, en un
umbral
o en el suspiro
lanzado al azar
sin temor de herir a
nadie.
Con toda seguridad
el barrendero aseará
las calles
y lanzará mis
deseos o mis dudas
a un desagüe
mezclado con las
suicidas hojas de un otoño.
Los periódicos
despertarán noticias de otros.
Las niñeras
cuidarán los niños de otros.
Los otros
desayunarán con otros
agarrando fuerzas
para restar un día de vida.
Con toda seguridad
celebre el amanecer
igual que vengo
celebrándolo por años.
Pensaré que hoy
regresas,
que el otro con
quién almuerzas
soy eternamente yo.
Pero con toda
seguridad
hoy será una mañana
como otra
en la que sólo
usaré mis manos
para volver a
decirte adiós.
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