sábado, 24 de noviembre de 2012

RIOS


 
Si pudiésemos analizar

el rostro humano,

como al mapa

donde un cartógrafo

dibuja los ríos y afluentes,

encontraríamos tres cauces principales.



El primero

donde circulan

las gotas de una lluvia inesperada.

Este río

suele aparecer tras la presta carrera.

En los zaguanes.



El segundo

justo al lado de los ojos.

Un despilfarro de lágrimas

que aparecen

en las páginas principales

de una vida.



Y el tercero

en las comisuras de la boca.

Este suele tener

sabor cacao

y suele aparecer en nuestra infancia,

mientras tu madre arruga

un zigzagueante papel de magdalena

dándote prisa

para que no llegues tarde a la escuela.


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