Tengo bien guardadas
tres piedrecitas.
Una me recuerda
que estoy en Tierra.
Que Tierra es mi madre
y he de cuidarla.
Pisarla con caricias.
Lavarle la carita
para que en los
atardeceres
este muy bonita.
La otra piedra es dura.
Y esta la bailo de mano
en mano.
La tiro,
la recojo,
la miro un rato.
Y después pienso
que siendo dura
yo hice con ella lo que
quise.
Eso sí,
sin violencia,
con gran dulzura.
!Qué dura es la vida¡
dicen algunos.
Pero puedes manejarla
como te plazca.
Igual que yo mato a mi
piedra
y luego hago que nazca.
La tercera piedra
ya es de emergencia.
Esa la guardo para
tirarla
a tu ventana.
Que sepas que te
espero.
Que estoy aquí abajo.
Que me muero por
pasearme
agarrado de tu brazo.
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