lunes, 17 de octubre de 2011



PEREGRINO



Peregrinaré hacia tu cuerpo

                                             inmaculado

cargado de oraciones y pretextos,

de plegarias que nunca se han nombrado

y una luz

que haga más bello el caminar.



Deambularé descalzo

                                      cual promesa,

pisando cauto

las espinas de tu ausencia.

Nombrando en voz muy alta

                                               mis propósitos,

ordenándolos por forma

                                       o por color.

Deseo más que nada en este mundo

que del gris cielo comience a diluviar

sobre el camino

que adivino nuevo,

y así poder andar sobre las aguas

que a tu santuario adornaran

pintando junto a él

un basto mar.




Una vez llegue harto de pisadas

veneraré tu imagen

en la noche

oscura y consagrada.



Alabaré tus manos,

tus palabras

y el rojo inconfundible en tus mejillas

que el amanecer te entrega

al despertar.



Como sacrificio

te ofreceré,   

                     sin duda alguna,

la melodía que un otoño tarareé,

 aquel dibujo que pinté a los tres años

y el aroma que en invierno

trae mi piel.


Y te imploraré

como a nadie le he implorado

e incluso me atreva a pedirte

que me des

un abrazo,

una mueca,

una sonrisa

o tan sólo

que en mi nuevo peregrinaje

sean tus pies

los que acompañen

a  mis pies.

No hay comentarios:

Publicar un comentario