Mira pequeño capitán.
Hemos venido todos.
Los que teníamos que venir...
hemos venido todos.
No sé si ese traje de marinero
te hace más alto.
O somos nosotros,
los que con cada marea,
nos estamos haciendo más pequeños.
Pequeño capitán
has liberado el barco que dormía
dentro de la botella de cristal
y te has subido en él
para surcar el mar.
Pero tranquilo mi pequeño capitán,
navega tranquilo,
este mar de gente,
aunque mar,
al fin y al cabo,
no vamos a permitir que tu
naufragues nunca.
Mira pequeño capitán
estamos todos aquí,
dentro de nuestros trajes,
ahorcados con corbatas
o maquillajes que enrojecen cien mejillas.
Tu imagínanos,
y es un ejemplo,
neptunos o sirenas.
Los que no puedes ver,
los que dios reclutó en su tripulación,
los que se fueron en otro barco,
flotan entre este mar.
Te puedo asegurar que también han venido,
y no se están perdiendo detalle.
Mi pequeño capitán,
en esta travesía que ahora comienza
lo primero que tienes que aprender
para esquivar arrecifes
con tu navío
es a pedir perdón y a perdonar.
Y podrías empezar,
y es un ejemplo,
con pedirle perdón al mar
por haberle robado
su color para tus ojos.
Pequeño capitán
y si es tan grande la tempestad
que el timón aun se resiste...
Comparte.
El gesto de alargar la mano para dar
te hará fuertes los brazos
y podrás enderezar a tiempo la trayectoria.
Y para empezar,
pequeño capitán,
puedes dar,
y es un ejemplo,
tu sonrisa,
o tal vez puedes dar tu inocencia,
que ha muchos les hace falta.
Y en tu cuaderno de bitácora,
donde cada noche anotes
las incidencias del crucero,
junto a los sueños que tienes
y los amores y desamores que tendrás,
despacito y con buena letra,
hoy,
y es un ejemplo,
anótanos a nosotros,
los que estamos aquí,
los que hemos venido.
Pequeño capitán
si ya estas preparado
creo que levaré el ancla
y espero que tengas una buena travesía
en este duro viaje de la vida.
Hasta pronto.
Pequeño capitán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario