sábado, 5 de febrero de 2011

MI RELIGIÓN


Ahora que el viento
ya ha cesado
y las grandes obras
pierden fuerza,
sentado en el sillón
junto a la lumbre
pienso en ir pensando
pero cuesta.

Como casi todo lo pensable
ya he pensado
y tus cuerpos con mi mente
he desnudado,
¿por qué no inventar,
tal vez,
una nueva religión?

En mi religión naciente
no existen las oraciones,
cuando alguien pide algo
lo hace siempre con canciones.

En mi religión novata
no existen apartamentos.
Los hogares son bajitos
con el techo de hojalata.

En mi religión de ahora,
en la de este momento,
el besar a las muchachas
es el primer sacramento.

En mi religión primera,
la que estoy pensando ahora,
no le preguntes a nadie
si ha visto a un niño que llora.




En mi religión,
que aún es virgen,
mataron todos los males
y las desgracias no existen.

En esta religión
que es una primicia,
hacemos el amor lentos
porque no existen las prisas.

En mi nueva religión
todo es perfecto,
y se nos cumple lo que ayer soñamos.

Pero como pasa con los sueños,
al asomar el sol,
mi religión se va,
y nos despertamos.

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