martes, 4 de enero de 2011

ExPoSiCiÓn


Colgaré de la pared

mis sentimientos.

En aquel clavo,

por ejemplo,

está mi mano.

Una mano que regala, aplaude,

y acaricia un pincel rojo

pero sin sangre.

En aquella otra pared

cuelgo mi tiempo.

El día que tardé en marcar un trazo,

o el trazo que marqué un día en la tarde.

También colgaré,

sin que lo veas,

las palabras que le dije al lienzo virgen.

Y guardaré en mis entrañas

los lamentos que ese lienzo me contaba.

Y cada cuadro que mire fijamente

me traerá un perfume diferente.

A una noche fría y solitaria...

A una mañana de sol en la buhardilla...

O simplemente,

a un pasar por allí y allí quedarme.

Si ves mis momentos ahorcados

en algún clavo

de una pared cualquiera,

piensa que un momento de mi vida

va con ellos,

y ahí mi vida quedará

cuando yo muera.

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